miércoles, 28 de abril de 2010

27.8.2009

Pasa el tiempo, corre, vuela. Nuestras vidas siguen. Cada uno con la suya. Preguntas que siguen sin tener respuestas, ni nunca la tendrán. Se nos escapa. Se nos va. Imposible.
Buscáis encontrarle sentido mediante diagnósticos. Buscáis consolar diciendo lo siento. Buscáis llenar lo que ya no se puede llenar.
Pero nunca encontraremos el porqué. Porqué se tuvo que marchar. Porqué se fue sin que nada la retuviese aquí. Porqué pasó de los abrazos y los besos, a palabra y recuerdo. Darle sentido a la vida mediante pérdidas, momentos y recuerdos. Tuyos, tuyos y de nadie más. Algo que no puedes compartir con nadie más que con tu propia mente, ya que nadie lo va a entender. Vacío.
Todo lo que nos enseñaste a cada uno de nosotros, todo el cariño que nos diste.
Lo añoro. Lo añoramos todos. Nos aferramos a recuerdos del pasado. Alguien que nos vio crecer.
Alguien a quien abrazabas sin cansarte. Su felicidad se construía de ver felices a los de su alrededor, aunque tuviese que hacer cualquier cosa.
Y se fue apagando, lentamente. Dolorosamente. Sin vitalidad, sin fuerzas, sin palabras. Y de pronto, de la noche a la mañana, se extinguió.
Y sin embargo, cada día nos hace mas falta.
Y parece mentira la diferencia que hay en un simple movimiento natural. En lo efímero y en lo infinito. Lo conocido y lo que es una simple suposición.


Gracias por haberme visto crecer y por enseñarme a vivir principalmente. Inalcanzable, sí. Pero sé que desde donde quiera que estés, de alguna manera, sigues cuidándome.

8 meses.248 días. 5952 horas. 21427200 segundos

gracias

lunes, 19 de abril de 2010

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Y ella, de nuevo como tantas veces, volvió a caer.
Ella, que intentaba sonreír, a pesar de todo.
Ella, que con lo poco que tenía, le era suficiente.
Volvió a caer donde las cosas dejan de tener sentido, donde lo colorido se vuelve simplemente blanco o negro, donde cada cosa que ocurre la hunde más adentro, y se amontonan los hechos unos encima de otros, pisoteada por palabras que sin ser pensadas habían seguido su curso y la estaban taladrando sus oídos, una vez más.
Ella, que se preocupaba por todos.
Ella, más sola que nunca, deja escapar lágrimas que se le escapan sin intención de sus ojos claro, sin esperanzas, sin sueños, sin ilusiones, sin nada por lo que luchar.
Ella, que tanto había intentado.
Ella, que se levantaba cada vez que caía con pequeñas fuerzas creadas a base de ilusión y ganas de comerse el mundo, cualquier tontería.
Ella, que ya no le quedan fuerzas.
Pensamientos, estupideces, decepción. Y de nuevo, ella, vuelve a escuchar canciones que recuerdan. Que duelen. Que hacen reflexionar. Y de pronto, estalla. Grita, llora. Vuelve a gritar. Una multitud de lágrimas que salen de sus ojos sin descanso, como si se pudiera deshidratar. Lágrimas ácidas. Lágrimas de desesperación, de impotencia. Por verles sonreír, ella volvió a perder.
Todo le supera, todo le viene demasiado grande.
Ella, repasando otra vez esas palabras que seguían pasando por su mente.
Falta de cariño, sobrada de desamor.
Pasando página por página los capítulos de los últimos meses buscando cual había sido el error. Y, sí, quizás sea el no pensar en ella misma. En ir al ritmo de su alrededor, de la gente. En no ir a contracorriente.
Y reflexiona.
Y ve. Ve a la que ha estado siempre ahí y a la que siempre va a estar. Y por un momento sabe que no está sola, que siempre es siempre para ellas. Y lo que se quieren.
Y, aunque parezca imposible, vuelve a recobrar poco a poco el aliento, y se levanta, despacio. Se seca las lágrimas. Y una sonrisa fugaz se dibuja en su cara.
Es hora de pensar en una misma.
Get up, stand up.

miércoles, 7 de abril de 2010

(:


Felicidad.
Cada uno sabe en que se basa, que esconde, y como poder conseguirla. La clave está en uno mismo, en pensar lo que tienes, y sí, también en lo que te puede faltar. En pensar lo maravillosa que es tu vida, y empezar a depender de ti mismo, de nadie más, tratar de creer en ti, en lo que puedes dar, en lo mucho que tienes por recibir aún. Y en todo lo que tienes, de nuevo. Nadie puede tenerlo todo, pero el que la sigue la consigue, ¿no?. ¿Qué conseguimos tirando la toalla sin ni siquiera haber buscado soluciones para intentar llegar a ello? ¿Cuántas cosas perdemos por el miedo a perder?

Cada día es un día más, pero también es un día menos. Cada día nos pertenece, a cada uno de nosotros. ¿Qué ganamos exactamente "regalándoselo" a otra persona que no eres tú mismo? Esa persona ya tiene sus días. ¿Es tan dependiente tu felicidad de esa persona?

Por supuesto que no. Nos podemos comer el mundo si queremos. Podemos, vivir, reír, gritar, llorar de felicidad, de emoción, podemos elegir estar bien o estar mal. Podemos ser cómo y quién queramos. Podemos pasar del mundo, quitarle la importancia innecesaria a las cosas, y también podríamos dejarnos llevar por la multitud y por los sentimientos de los nuestros. Realmente aquel que lo tiene todo, que la vida se lo da todo resuelto es simple proposición. La vida te pone a prueba, te enseña, te pega palos, pero de todo ello se aprende. Aprendes a caminar sin caerte, a llorar de verdadera tristeza. Los obstáculos que tenemos ahora son nada más que gilipolleces, ahora sí, les damos muchísima importancia aún sabiendo que no la tienen. Nos rayamos por cualquier tontería, y al final, lo que vamos a hacer está únicamente en nuestras manos. En saber corregir nuestros errores y en aprender de ellos. En saber en quién puedes confiar, y quien te vende nada mas que una falsa apariencia. Y te decepcionas por gente que creías que sí, que era.. ¿esencial?, te das cuenta, pero es algo por lo que no puedes perder el tiempo. Que el tiempo corre demasiado deprisa como para pararse a pensar en si tú estás bien o estás mal. Que quien no es tu amigo, dale tiempo al tiempo, que te darás cuenta, y todo aquello que aún no has conseguido, llegará, algún día llegará. Mientras tanto, dedícate a ser feliz, a demostrar lo que eres y lo que eres capaz de hacer. Disfruta. Tienes 16 años, nunca más los vas a tener, Vive y sé feliz




martes, 6 de abril de 2010


Puede que sean ya por lo menos 15 años desde que aparecí allí por primera vez, ni sabía caminar..
Mi casa, donde todo es mucho más fácil. Donde las cosas que no tienen importancia. se van de tu cabeza, y dejan de intentar tener sentido. Donde solo respirar te llena de felicidad. Ese olor a hierba mojada, a leña, a chimenea. A humo de las casas, y al calor de la lumbre dentro de ellas. El olor a calbotes, a fincas. Olor a nieve, a lluvia, a sol. A flores. A cerezos en flor. A verano.

Todas esas peleas estúpidas. Ese acento que se te pega sin querer. Esas ventanas desde las que ves toda la sierra hasta que alcanza la vista, nevada, soleada, nubosa.. La noche. Noches perfectas. Alzar la vista al cielo y ver como se dibujan constelaciones según vas moviéndote. Y esas noches de verano enfrente del colegio, y esas tardes tan Divertidas;). Donde todo te es familiar y solo puedes tener miedo a cuando anochece que no ves más allá de cuatro metros a partir de donde estés. Y esos paseos interminables. Y esas comidas todos juntos en Valfrío (o Gatos), donde los mayores vuelven a ser por un día jóvenes. Beben, ríen, fuman. Bailan, cantan. Y juegan. Y saltan a la comba. Y tiran de la cuerda. Y mientras nosotros, nos aburrimos tomando el sol, y cuando empieza a anochecer nos unimos a ellos, cantando, riéndonos saltando a la comba y dios sabe cuantas gilipolleces más que nos hacen que nos duela la garganta de reírnos. Y los mayores mientras se emborrachan. Y desconectar del mundo real. Y levantarse pronto, solo parar a comer y a cenar en casa. Tardes enteras arreglándonos para noches que al final son un desastre, pero bueno. Ir a Jaraíz.
Y de repente, abandonas todo esto. Donde eres feliz, donde no necesitas nada más. Donde está todo lo que necesitas, y donde cada día es diferente. Donde escuchas el ruido de la fuente en vez de el del ascensor. Pero donde no vive gente que necesitas irremediablemente a tu lado.
Entristece volver de nuevo a la rutina, a la realidad. Volver a donde todo es más monótono. Donde últimamente nada está cambiando. Donde al final, todo el mundo va a lo suyo, por su lado. Donde intentas ignorar tus pensamientos, rayadas, sentimientos, pero no puedes. Donde encima tuyo hay una ausencia que pesa cada día un poco más. Donde cada día te defrauda la gente. Y donde están los tuyos. Volver al colegio, al día a día y a los 1974537539 exámenes en una semana. A ir en metro, y a no ver las estrellas. Y a salir por la tarde, y a tener el mínimo de libertad posible. Sí, es una mierda.

Qué mas necesitas si con todo lo que te da el pueblo puedes ser feliz :)

Virginia, te quiero muchísimo.